jueves, 24 de enero de 2013

AL RECREO. 24 enero de 2013


La Historia nos ha alcanzado. Para nuestra desgracia “vivimos tiempos interesantes” y algunos aún no se han dado cuenta. En la situación actual, con 5.965.400 parados (el 26 % de la población activa); con un estado que ha desistido de su obligación de recaudar impuestos para ejercer su labor redistribuidora de la riqueza (en España recaudamos un 32 % de la riqueza del PIB en impuestos, muy lejos del 45 % de Francia y muy cerca, en cambio, del 28 % de Rumanía); el Partido Popular en el gobierno, tanto nacional como de la comunidad autónoma nos lleva por una senda de más destrucción de empleo y la creación de más desigualdades.

En el ámbito de la administración educativa del PP-PAR en Aragón y pese a la contundencia de los datos anteriores se nos dice que no hay recursos, que no tenemos dinero para financiar como se debe a nuestra educación pública. No sólo eso, sino que en un contexto de incremento importante en el número de alumnos que acuden al sistema educativo público, la administración plantea suprimir, es decir, eliminar más de 200 plazas de profesores en las plantillas de nuestros centros educativos. Para ello se presentaron en la Mesa Sectorial de Educación unos criterios para la elaboración de plantillas en los centros educativos inasumibles, ya que no son criterios que sigan ningún principio pedagógico, sino el criterio único del ahorro y la reducción del personal.

En el pasado más reciente hemos asistido entre otros duros golpes a: la reducción en el número de interinos contratados y su precarización laboral (con contratos de hasta 2 horas) y la supresión del cobro del verano; la eliminación de la paga extra de navidad para todos los funcionarios, el aumento de nuestra carga horaria y las ratios, aumento de las concertaciones... y la lista podría continuar. Mientras tanto desde la administración educativa se trata de mantener a las organizaciones sindicales ocupadas en un presunto proceso de negociación en el que en realidad no negociamos nada.

Dadas estas circunstancias los sindicatos integrantes de la Junta de Personal docente no universitario de la provincia de Huesca entregamos un documento, firmado por todos, en el que denunciábamos la situación y nos negábamos a negociar lo innegociable. Por desgracia la unidad de acción ha durado poco. No negamos el derecho de cada organización sindical a actuar como crea oportuno, pero creemos sinceramente que aquellos que hoy buscan negociar dadas las circunstancias se equivocan y debilitan nuestra posición.

Ante estas circunstancias en la Federación de Enseñanza de CGT Huesca nos preguntamos: ¿tiene sentido participar en un proceso negociador cuando no estamos de acuerdo con el marco general, es decir los criterios de elaboración de plantillas, en el que se encuadra esta presunta negociación? ¿tiene sentido “dar oxigeno” a una administración educativa acosada por los problemas que ella misma genera manteniendo abierto un teórico proceso de dialogo que en realidad se limita a la aplicación técnica de unos criterios no negociados?

En CGT Huesca pensamos que en situaciones  críticas es el momento de dar protagonismo a los principios sólidos y no el de plantear negociaciones posibilistas. Este es el momento de unirnos, de actuar juntos con un objetivo común: revertir la situación actual. Debemos ser ambiciosos en nuestros objetivos, aunque el camino sea largo. Esperamos encontrar compañeros dispuestos a emprender este viaje, para el que por desgracia no hay atajos. Principios claros, cohesión y búsqueda de unidad para enfrentarnos a una administración que se alegra cada vez que logra dividirnos. En un contexto tan variable como el actual, en el que la administración educativa cambia de criterio en el lapso de pocos meses; en el que no es capaz de mantener los acuerdos que firma ¿qué sentido tiene negociar? Estamos ante un conflicto de principios, de máximos y cuanto antes nos demos cuenta de esto antes podremos emprender el camino de la movilización permanente y colocar el conflicto en sus justos términos. Debemos terminar con el “síndrome de Estocolmo” que nos atenaza y dejar de “agradecer” las pequeñas migajas que la administración tiene a bien concedernos. Es la estrategia del palo y la zanahoria, aunque con mucho palo y poca zanahoria.

Pinta negro el año, pero con un brochazo de rojo quedará mejor.



No hay comentarios:

Publicar un comentario