jueves, 11 de septiembre de 2014

INICIO DE CURSO “TRANQUILO”

             El próximo día 10 de septiembre comenzará el curso escolar para el alumnado de Aragón. Para el personal docente ya comenzó el día 1. La Consejera de Educación en Aragón Mª Dolores Serrat y sus afines Directores generales, provinciales etc… viven con alegría y normalidad lo IRREGULAR. Parece que estuviesen hechos  de otra pasta, que vivieran en un mundo paralelo. Banalizar los problemas supone rebajarlos a la categoría de “esto no es importante”, ¿Y qué es importante para este gobierno?  Está demostrado que las Personas de a pie no lo somos.
No respetan ni su propio preámbulo de la LOMCE  “Solo un sistema educativo de calidad, inclusivo, integrador y exigente, garantiza la igualdad de oportunidades y hace efectiva la posibilidad de que cada alumno o alumna desarrolle el máximo  sus potencialidades. Solo desde la calidad se podrá hacer efectivo el mandato del artículo 27.2 de la Constitución española: «La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales». Pues este texto tan intocable cuando quieren lo banalizan porque solo les mueve el dinero y el ideario del poder, no el de la democracia.
            Para quienes toman decisiones en materia educativa en la provincia y Aragón, el curso comienza “sin incidencias”.
            Sí, por supuesto, no se han encontrado la respuesta que se merecen sus desatinos o esta ley clasista y retrograda: no se han negado, profesorado, alumnado y familias a entrar en las aulas; y la profesionalidad de unos y las circunstancias de los otros harán que, a trancas y barrancas, el curso eche a andar. Efectivamente, no hay huelga en los centros educativos.
            Pero hablar de “ausencia de incidencias”, de “normalidad”,  es insultante.
            Porque no es normal (o no debería serlo) que algunas familias de Jaca no puedan escolarizar a sus hijos por falta de plazas en la escuela pública.
No es normal la gestión que se hace de las becas de libros (que no material escolar) o comedor, que dejan fuera de las ayudas a muchísimas familias necesitadas por las condiciones exigidas y la complejidad de su tramitación: a través de las nuevas tecnologías, que ya se sabe que las familias que necesitan estas ayudas son las que más fácil acceso tienen a la informática.
No es normal la precariedad laboral del profesorado interino, su tardía contratación. No son normales los contratos de seis horas o menos. A cambio de un aumento de horas en secundaria que dificulta la adecuada atención al alumnado y las familias.
Ni son normales los barracones o las precarias condiciones de algunos centros de trabajo. Recordemos que las familias de Tierrantona no van a llevar a sus criaturas al cole la primera semana en protesta por eso. No es prioritario para la señora Serrat.
No es normal la desaparición de los equipos de atención temprana, ni el decreto de interinos, ni el de plantillas, ni la discriminación del mundo rural por activa y por pasiva, ni…
La lista sería larguísima. Porque cuando a una ley nefasta y perversa se le juntan las tijeras alegres contra los recursos públicos, hablar de normalidad es, o bien insultar nuestra inteligencia, o bien estar al servicio de unos intereses contrarios a la educación como derecho universal. Cada día con menos vergüenza (¿wertgüenza?) cargan contra lo público para convertirlo en un negocio de unos pocos y, en el caso de la educación, en un instrumento de adoctrinamiento ideológico al servicio del capital. Todo muy “normal”.

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